El Frankestein de la productividad
Algo que tienen en común la gente que habla de estos temas
Una de las cosas más interesantes cuando hablas y tienes la oportunidad de entrevistar gente que pertenece al mundo de la productividad es que en la mayoría de los casos, ésta gente no solo cambia muy poco los elementos de su sistema (de hecho lo evitan casi a cualquier costo) pero además de eso, en general no tienen un sistema claro al momento de explicar y creen que el sistema que ellos usan no les funcionaria a la mayoría de las personas. No es que crean esto porque consideren que saben más que otros, sino porque en su propio estilo están llenos de complejidades, partes que tienen más o menos sentido y elementos que funcionan pero, que no necesariamente le funcionarían a todas las personas y en muchos casos; dudan de sus propias habilidades dentro del mundo de la productividad, en otras palabras, se creen y confiesan en muchos casos como desordenados y caóticos.
Ese orden y efectividad que otros pueden observar desde afuera, es difícil verla desde adentro, además en general esta misma gente al haber aprendido a manejar un cierto nivel de eficiencia, toman cada vez más cosas por hacer. Una de mis respuestas favoritas cuando como Editor de esta revista envié a los potenciales articulista fue una, en la que me dijo que en base a sus objetivos actuales, era imposible. Hubiera preferido el artículo (de hecho me moría de ganas por que esta persona fuera parte de este proyecto) pero entiendo que yo no hubiera podido hacer eso, lo mas probable es que yo hubiese agarrado la oportunidad y hubiese buscado una manera de que mi Frankenstein pudiese hacer algo más. Quizá esa es la razón por la que esta persona es un verdadero experto y yo sigo trabajando en ello.
¿Has pensado que tu sistema es quizá mas parecido a Frankenstein que a Brigitte Bardot?
Aun cuando no he escuchado a nadie definirlo así, al parecer la mayoría de estos expertos (así como yo mismo los denomino, aun cuando no me consideró uno) tenemos el equivalente a un Frankenstein para la productividad. No son sistemas puros, ni claros, ni hermosos. Son sistemas de los que han tomado partes de aquí, hábitos de allá, ideas de aquel otro lado y que, de algún modo lo han logrado convertir en algo que no solo les funciona bien, sino que es una de las cosas que los hacen increíblemente efectivos - aun cuando muchos de estos expertos no lo sientan así. No es ningún arte en particular de su propio Frankenstein, es la combinación de estos elementos, lo que crea este Frankenstein, lo que les ayuda a ser productivos. Lo que sucede es que como dice en la entrevista de este número de Productive! Magazine con Jeroen Sangers, no es algo mágico. Sin duda no es un momento mágico que permite que estas cosas pasen, es el trabajo constante y la mejora continua lo que hace que las cosas pasen y la gente se convierta y se sienta mas productiva.
Mi mismo sistema, es una combinación de partes que tal vez no tiene ningún sentido por separado, pero en conjunto forman un Frankenstein Funcional. Mientras más complejidades voy agregando y más complejidades van apareciendo en mi vida personal y profesional, es necesario agregar nuevos elementos para poder manejar estos nuevos laberintos, haciendo que el sistema se vea desde el exterior más complicado, pero al mismo tiempo desde mi perspectiva más funcional.
Una de las dificultades que he encontrado cuando ayudo a otras personas con sus sistemas personales, e inclusive con aquellos laborales, es que quieren una solución como la que usa fulano o mengano; o un sistema como el que usa la Compañía tal o cual. En otras palabras, ellos quieren implementar el Frankenstein de la Productividad de otra persona, esto generalmente hace que la implementación no solo falle, sino que se llene de frustraciones.
Todos esos Frankenstein de la productividad no fueron creados de un golpe, por el contrario, han sido el esfuerzo de muchos días, buscando como resolver pequeños problemas y tratando que aquellos ya tenían un sistema que funcionando, no dejaran de hacerlo. Cada vez que agregamos un nuevo elemento a nuestro sistema, hay un gran riesgo de que todo el engranaje que teníamos deje de funcionar.
Nuevas oportunidades, siempre van a crear retos a tu sistema actual. Aun cuando las mismas valgan la pena.
Cuando salió la oportunidad de esta revista, de ser no solo el editor sino también el motor detrás de la creación de la misma, sabía que mi sistema como lo conocía iba a ser puesto a prueba. En primer lugar iba a trabajar con un nuevo equipo, uno que no conocía, con un sistema desconocido por mi, en un mercado al cual no estaba seguro iba a interesarle el producto. No solo eso, iba a requerir sacar tiempo de donde fuere, para colocarlo en este proyecto. Claro está que mi proyección original de tiempo fue muy corta, este artículo lo estoy escribiendo tarde, aun con mucho trabajo por hacer para la revista. Nuevos sistemas fueron agregados a mi ya complejo Frankenstein. El equipo de Productive! Magazine trabaja en Nozbe®, toda la comunicación pasa por allá. Es fantástico de cierto modo, pero mi sistema vive en otra plataforma, así que me toco encontrar una manera de poder mantener las cosas y revisarlas sin perder la efectividad, aun cuando en este instante, sin duda alguna, queda mucho por aprender.
¿Como vas a pensar en tu sistema de ahora en adelante?
Cuando pienses en tu sistema, no pienses en algo ordenado, limpio, con sentido, ni siquiera en algo coherente. Tu sistema va a parecer más a un Frankenstein de la Productividad y mientras más rápido empieces a dejarlo ser, mas rápido vas a dejar de invertir horas tratando de ocultar las partes disparejas y en cambio comenzarás a disfrutar de las grandes ventajas que estas partes que individualmente parecen disparejas e inútiles, pero que cuando las unes hacen un monstruo de funcionalidad que hacen realidad esas cosas que siempre quisiste lograr.
Foto: Flickr / Insomnia Cured Here CC BY-SA 2.0